De las estanterías de las bibliotecas de Ginebra a un pueblo tunecino, sólo hay un paso. La operación de «lectura compartida» permite compilar libros para todos los francófonos en beneficio de aquellos que tienen menos capacidad para leer. La recogida se realiza en varias empresas.
Algunos llegaron con los brazos llenos. “Hay de todo”, explicó una mujer de Ginebra con una silla llena de libros. Pero los que realmente amo, no los regalo. «
Lea un libro comparó la historia para terminar en un estante de la biblioteca.
Hasta el 24 de abril, las librerías Payot organiza una gran colección de libros solidarios para particulares. “Las estructuras deben estar en buenas condiciones, no demasiado desgastadas”, explicó Christophe Jacquier Payot, gerente de la tienda de la orilla izquierda. No debe ser muy tendencioso, sexual o intolerante. «
La cosecha de este año es un favor de la Fundación Almadanya de Túnez, que trabaja para acercar los libros a las zonas rurales y fomentar el gusto por la lectura entre los jóvenes. El 10% de los libros también se distribuyen al Hospice Général ya los hospitales de habla francesa.